• Acumular un número demasiado elevado de juguetes puede provocar algunos problemas en los pequeños, como volverse insaciables o no saber apreciar el valor de las cosas
  • Entre las recomendaciones de los expertos de RUBIO encontramos, donar los juguetes a niños desfavorecidos, racionar el uso de los mismos o guardarlos para otros eventos, como la celebración de ciertos logros

La Navidad es una época en la que tendemos a tener excesos de todo tipo, en la comida, las fiestas y las compras. Eso se debe a que, en muchas ocasiones, relacionamos la exhuberancia con unas mejores fiestas o, incluso, con una mayor sensación de bienestar y felicidad. En este sentido, no podemos negar que este comportamiento se extiende hasta nuestros niños y el número de regalos que piden a Papá Noel y los Reyes Magos, crece cada año bajo el árbol o a los pies del Belén.

Esta situación lleva a muchas familias a preguntarse qué hacer con tanto regalo después de las fiestas, ya que la pila de juguetes es cada vez más alta y los peques pueden llegar a sentirse abrumados con tal cantidad de obsequios. Entre otros muchos problemas que puede acarrear esta situación a la que los expertos denominan el “Síndrome del Niño Hiperregalado”, están que los niños se vuelven insaciables, caprichosos o egoístas.

Para evitar esta situación, los expertos pedagogos de RUBIO quieren compartir una serie de consejos que ayudarán tanto a mamás y papás, como a los más pequeños, a conservar la cantidad perfecta de juguetes tras las fiestas navideñas, que son entre cuatro y cinco. Aunque, según este equipo de profesionales, lo ideal es limitar el número de regalos que los pequeños van a recibir antes de las fiestas, muchas veces esto acaba por no cumplirse, porque los abuelos, tíos y amigos quieren hacer felices a nuestros peques. Entonces, ¿qué podemos hacer con este exceso de regalos?

  • Donar los juguetes que ya no utilizan. Una vez han recibido los nuevos juguetes, nuestros hijos e hijas los sustituirán, sin lugar a dudas, por aquellos que les parecen anticuados o de los que ya se han aburrido. Es en este momento en el que los padres y madres debemos hacerles entender la importancia de donarlos a los niños menos favorecidos, ya que así les podrán brindar unas felices fiestas con algo que ellos no volverán a utilizar. Una vez hayan decidido de qué objetos van a prescindir, resulta tan sencillo como dirigirse a la Cruz Roja o informarse sobre los puntos de recogida de juguetes de cada ciudad.
  • Racionar el uso de los nuevos regalos. Una forma de que la ilusión de la Navidad les dure por un tiempo mayor es dejar que seleccionen la mitad de los juguetes de los que han recibido y guardar el resto para unos meses más tarde, cuando ya tengan demasiado vistos los primeros. De este modo, aunque en el momento de abrir los regalos parezca que hay demasiados, conseguiremos que los niños no pierdan el interés por ellos tan rápido.
  • Guardarlos para eventos señalados. Nuestros hijos lo quieren todo, y es por eso que los expertos defienden la importancia de hacer la lista de regalos para Navidad junto a ellos, así evitamos que se ilusionen por alguna cosa que no van a poder recibir. Pero si, aun así, aparecen demasiados paquetes bajo el árbol, podemos reservar algunos de ellos para otras fechas, como celebraciones de buenas notas.

RUBIO

Nace hace más de 60 años de la mano de Ramón Rubio y es la editora de los afamados cuadernos didácticos basados en potenciar la plasticidad del cerebro, a través del desarrollo de las competencias básicas, como la escritura y el cálculo. Desde su fundación, RUBIO ha vendido más de 300 millones de ejemplares de cuadernos, que han acompañado a seis generaciones de españoles. La firma vuelca gran parte de sus esfuerzos en la Fundación Cuadernos RUBIO, una entidad sin ánimo de lucro de carácter educativo, cultural y solidario.

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