- Profesionales del Hospital Regional de Málaga han realizado un trasplante de peroné a un paciente cuya única alternativa era la amputación de la pierna
- Este trasplante, novedoso en el caso de miembros inferiores, es de mayor complejidad por los trabajos realizados previamente sobre la tibia izquierda, la gran cantidad de fibrosis y por tratarse de un caso límite
Profesionales del Hospital Regional de Málaga han realizado un trasplante de peroné a un paciente cuya única alternativa, tras ser sometido a más de una decena de intervenciones quirúrgicas, era la amputación de la pierna a consecuencia de una fractura abierta y atrición de partes blandas. Por su exposición al exterior, esta se infectó ocasionando la pérdida progresiva de hueso por la osteomielitis secundaria.
El paciente, había sido sometido a técnicas de reconstrucción de la tibia con aporte de hueso no vascularizado en su país, Argelia, y pese a los intentos de los distintos profesionales que lo habían tratado hasta la fecha, no se había conseguido que se formara hueso sano para producir la unión de la fractura.
Ante esta situación, los cirujanos de Traumatología y Cirugía Ortopédica del centro sanitario tuvieron que extirpar al paciente más de 10 centímetros de hueso infectado, al que colocaron un fijador externo y trataron la infección sin poder reconstruir el defecto tibial dada la situación clínica del paciente.
Entonces, la Unidad de Gestión Clínica de Cirugía Plástica intervino con un trasplante de hueso autólogo. Este trasplante consiste en la extracción de un hueso o parte de él de una zona del cuerpo humano en que puede ser prescindible, disecarlo con los vasos que le aportan el riego sanguíneo y trasplantarlo a una zona receptora donde existe una falta de hueso por algún traumatismo, infección o resección tumoral previa. En este caso, el hueso extraído fue una parte del peroné de la pierna derecha sana del paciente, de 18 años de edad, para colocarlo en el lugar de la tibia extirpada.
Así, habitualmente se utilizan dos equipos: uno en la zona donante para extraer el peroné y otro en la zona receptora para preparar el lecho receptor y los vasos a los que hay que unir el trasplante, a través de una microsutura de los vasos sanguíneos. Este trasplante, novedoso en el caso de miembros inferiores, es de mayor complejidad por los trabajos realizados previamente sobre la tibia izquierda, la gran cantidad de fibrosis y por tratarse de un caso límite, puesto que si no se lograba la reconstrucción ósea la única solución era la amputación del miembro inferior izquierdo por encima de la rodilla.
Apenas un mes después del trasplante de peroné, el paciente volvió a pasar por quirófano para realizarse una intervención estética de baja complejidad para poner un injerto de piel para sustituir la que se tomó con el peroné. Una vez se produzca la consolidación ósea -en el plazo de entre 3 y 6 meses-, el miembro reconstruido no requiere de más procedimientos en quirófano. Este caso, poco común en miembros inferiores, ha sido importante para los profesionales que trabajan en esta unidad del Hospital Regional porque en unos meses el miembro trasplantado podrá servir de soporte para que el paciente camine, puesto que no tiene otros déficits nerviosos ni desde el punto muscular. Las secuelas serán mínimas salvo complicaciones.