(Madrid).- Preocupación y esperanza son los dos sentimientos predominantes entre los docentes españoles de cara al próximo curso escolar. Preocupación por las incertidumbres con las que se plantea el futuro educativo en el curso 2020/2021 y los grandes retos a los que deberán hacer frente como, por ejemplo y entre otros muchos, motivar al alumnado (fuente de preocupación principal para el 76% de los y las docentes) o la falta de dispositivos -portátiles, tablets, etc- entre el alumnado para el aprendizaje a distancia (le preocupa al 67%).
Piden abrumadoramente inversión en infraestructuras y personal; una revisión profunda del currículum; mayor cultura de colaboración entre docentes; mayor atención a cuestiones socioemocionales (cómo gestionar las emociones preocupa al 61%); y formación y liderazgo de los equipos directivos.
Sin embargo, se muestran escépticos ante una administración educativa que, en su opinión, se ha limitado durante el curso 2019-2020 a invocar la autonomía de los centros sin aportar soluciones, ni recursos, ni inversiones. La falta de instrucciones claras y criterios unificados para abordar la actividad docente durante el cierre de los centros ha provocado un acusado sentimiento de abandono y un profundo cansancio entre los docentes y los equipos directivos que confiesan haber recurrido a la improvisación en la peor crisis educativa de la historia reciente, que ha afectado a más de 1.500 millones de estudiantes a nivel mundial -el 91,3% del total de estudiantes matriculados en el mundo- con cierre total de escuelas en 194 países.
Una situación que también ha afectado de lleno a las familias que critican la dificultad para adaptarse a criterios cambiantes, la multiplicidad de plataformas y canales para la docencia, aparte de los problemas para conciliar trabajo y apoyo educativo a sus hijos, sobre todo en Infantil y Primaria donde los alumnos son menos autónomos.
A pesar de todo, del discurso de los docentes también se desprende un sentimiento generalizado de esperanza porque, al igual que los alumnos y sus familias, viven la crisis con profundo deseo de transformación que posibilite alcanzar un sistema educativo fortalecido y desean formarse para estar a la altura.
Estas son algunas de las principales conclusiones del estudio “Panorama de la educación en España tras la pandemia del COVID-19: la opinión de la comunidad educativa” realizada por un grupo de investigadores de las Universidades de Granada y Málaga, coordinado por el profesor e investigador de la UGR, Fernando Trujillo.
La investigación supone el paso previo a la inminente puesta en marcha de “Educación Conectada”, un proyecto de BBVA y Fad que comprende un conjunto de acciones de emergencia dirigidas al ámbito educativo tras la crisis causada por el COVID-19. El objetivo es paliar las graves consecuencias que la actual crisis está teniendo en toda la comunidad educativa, y que está dirigido especialmente a la población más vulnerable.
Educación Conectada nace de la experiencia acumulada en los más de quince años de vida del proyecto Acción Magistral, que se reinventa para prestar un mayor apoyo a la comunidad educativa en esta crisis pos-COVID. Las líneas principales de trabajo que se desarrollarán en los próximos meses plantean como prioridades la adaptación de los centros escolares a la nueva realidad tras la crisis del coronavirus; acciones de reducción de la brecha de uso digital (formando en competencias sobre todo); dar apoyo a las familias vulnerables y reducir la brecha de acceso por la falta de equipos disponibles y posibilidades de conectividad.
En este sentido, hoy mismo se lanza un reto para estudiantes en el que se les invita a proponer ideas innovadoras para adecuar los espacios en los centros escolares y las dinámicas educativas que puedan favorecer una mayor motivación del alumnado. El reto está accesible en la web educacionconectada.com
Para la directora de programas de inversión en la comunidad de BBVA, Lidia del Pozo, “BBVA lleva 15 años apoyando a los centros educativos y a los docentes en España, a través del proyecto Acción Magistral. Ahora debemos evolucionar y ser capaces de apoyar a la educación donde más se necesite, para que los efectos de la COVID-19 no dejen a nadie atrás. Esperamos poder contribuir con nuestros recursos, impulso y experiencia a solucionar los desafíos de la nueva realidad educativa y poner al alcance de todos las oportunidades de esta nueva era, tal y como enuncia nuestro propósito”.
En el estudio han participado más de 5.000 docentes de Educación Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional y Educación de Personas Adultas. Además, se han realizado doce grupos de discusión para completar la visión cuantitativa en los que han participado estudiantes y familias de todos los niveles educativos.
Para la directora general de Fad, Beatriz Martín Padura: “Estamos ante un momento de crisis sin precedentes en todos los niveles: sanitaria, económica y social, por supuesto, pero también ante una crisis educativa. Nunca antes se habían cerrado los centros escolares durante tanto tiempo y tenemos que ser capaces de dar respuesta a las grandes necesidades que plantean centros, docentes y familias. Se nos presenta una gran oportunidad de transformación del sistema educativo que dé respuesta a los desafíos de nuestra sociedad”.
Buenas Noticias para la Comunidad educativa que tambien somos muchos los que con solo uno o dos teléfonos hemos conseguido el objetivo. Es prioritario confiar y defender esto. Confiar en las bases de lo el ninio debe conseguir aprender del cole en casa, es suficiente para poder corresponderle, sin necesidades extraordinarias de bibliigrafia, videoconferencias, videos, ordenadores etc. Una intermediacion entre sistema economico y respeto al tiempo. Algo que es dificil de manejar para muchas personas por muchas razones, soy madre y me gustaria dejar bien claro en este comentario que es mucho lo que pudiera aportar por experiencia. Por ejemplo, mi preocupacion es la falta de escucha que recibo ya que no me quiero meter en politica. Comunicarse conmigo porfavor. Si tengo respuestas.