(Madrid).- El Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD) ha inaugurado, en formato coloquio y dinamizado por Íñigo Alli, Adjunto a Presidencia del CEDDD, el I Consejo sectorial de Personas mayores y dependencia. El acto empezó con el reconocimiento y memoria de las víctimas, así como los profesionales y familias que han trabajado tan duramente en la pandemia para las personas más vulnerables
Con la asistencia de más de 60 personas entre profesionales del sector y entidades representadas, la consejera Rocío Ruiz intervino inicialmente en el Consejo Sectorial sumándose al reconocimiento y memoria a los fallecidos en esta pandemia por el COVID19. Para la Consejera, la forma en como tratemos a las personas más vulnerables, nos define como sociedad. Por ello destacó la voluntad de escucha activa y la participación de todos los sectores incluido público y privado; todos unidos para un modelo de calidad, poniendo el centro en la persona usuaria. Centrándose en los efectos de esta crisis, ha hablado de empleo en la Comunidad de Andalucía y ha destacado que se han mantenido 28.260 profesionales de asistencia a domicilio que atienden a más de 82.000 personas. Así mismo ha ocurrido en los Centros residenciales y ha declarado su firme propósito de trabajar por el Pacto de Estado por la Dependencia. Otras propuestas relevantes fueron la de lograr una mejor coordinación con el sistema sanitario o garantizar que en España se aplique las mismas prestaciones, servicios y apoyos a la Dependencia.
Acto seguido, intervino Antonio Amate como representante del sindicato Unión Sindical Obrera (USO). El secretario general de FEUSO ha trasladado la situación en “shock” que estamos como sociedad. Además declaró que el ámbito público y privado deben cohabitar, más en este momento en el que necesitamos sumar fuerzas para afrontar el reto de superar la pandemia. Y concretamente, referenciando al sector de los profesionales de los Centros de Mayores en todas sus modalidades, apuntó la necesidad de reconocimiento a los trabajadores de residencias y no solamente a los sanitarios, además de dignificar y desarrollar una carrera profesional a los mencionados profesionales.
Por su parte, Jaime Gutiérrez, representando al Colegio Oficial de Psicología de España y también de Castilla y León, incidió en la inédita situación que hemos vivido los españoles ya que es la primera vez que hemos tenido cadáveres sin velatorios por lo que además de los fallecidos, debemos atender postcrisis el duelo de las personas que han perdido a familiares. En el modelo de dependencia reclamó aumentar la financiación en la investigación, definiendo los roles del psicólogo en hospitales y en residencias; incorporar figura del psicólogo en atención primaria que es necesario y rentable (aumenta calidad de paciente, reduce cronificación de patologías). También propuso modelos de atención individualizada en las personas; planes para prevención de la soledad de 4 millones de personas solas; terapia psicológica a los cuidadores principales y familias para atender a los mayores y dependientes para entender el nuevo comportamiento; prevenir con planes de envejecimiento activo. El papel de psicología va desde la historia de vida hasta los trastornos neurocognitivos, pasando programas emocionales y conductuales. En definitiva, desde el Colegio Oficial de Psicología apuestan por intervención de calidad desde una perspectiva biopsicosocial.
Josep de Martí y Vallés, director de Inforesidencias, razonaba que, para mejorar la situación actual, tanto el sector de la dependencia como la sociedad necesitan humildad y paciencia para conocer bien la situación y no tomar decisiones drásticas. El modelo tanto de profesionales como de Centros debe cambiar orientándose a la preferencias de las personas, con un incremento de profesionales en el sector, con mejores sueldos, un incremento del ratio por residente, mejora en la comunicación socio-sanitaria y un nuevo concepto de arquitectura en las residencias. Esto es más complicado de lo que parece ya que los datos actuales es que el 19% de la población española es mayor de 65 años y en unos años superaremos el 30%. Se deben estudiar a los centros que no han tenido afectados, hacer simulacros de manera periódica, promover la cultura del no contagio y establecer buenas prácticas para conseguir una óptima calidad del servicio independientemente de quién sea el prestador, por lo que la colaboración publico privada es necesaria.
Cinta Pascual, presidenta del Círculo Empresarial de Atención a las Personas (CEAPs) ha finalizado la ronda de ponentes asegurando que su entidad ya presentó hace dos años ante el Gobierno el caos de la dependencia. Reclama más inversión en dependencia (en nuestro país se invierte el 0,56% del PIB, siendo en otros países el 2%). El perfil de los residentes en España son mayores dependientes, con pluripatologías, deterior cognitivo, problemas de incontinencia, etc. con lo cual, no es tarea sencilla que abandonen la residencia. Y recalcó que, ante el acoso a la imagen de los centros residenciales, esta es una crisis sanitaria y no social. La gestión de la crisis no se ha realizado en coordinación con las residencias y debemos reconocer que el sistema sanitario se ha colapsado. La presidenta de CEAPs apostó por un presupuesto para discapacidad y dependencia que sea finalista, no se meta de nuevo en una bolsa a repartir entre CCAA. “Miremos a Alemania que ha tenido EPIs y test“. Y finalmente, afirmó que el COVID19 no entiende de tarjetas de presentación y afecta igual a residencias públicas o privadas de manera que con la mejora de las medidas de seguridad y protección, el servicio debe ser medido por la calidad y solamente por la calidad.
Cerró esta sesión inaugural el presidente del CEDDD, Albert Campabadal agradeciendo a todos los asistentes y ponentes su presencia; emplazando a desarrollar en otras futuras ponencias otros temas que también afectan al entorno de la persona mayor. El Consejo Sectorial CEDDD de Mayores y Dependencia, con las diferentes voces que lo integran, trabajará a lo largo del año mediante encuentros como el presente con el mismo propósito: luchar por la plenitud de derechos de estas personas y, por la adecuada intervención de las autoridades públicas y del conjunto de la Sociedad a través de un nuevo modelo de dependencia que asegure su salud y su bienestar.