El Museo Tiflológico de la ONCE, único en el que se pueden tocar las obras expuestas, es un ‘pequeño Fitur’ en el que conocer España y el mundo con las manos, a través de las maquetas de monumentos nacionales e internacionales. Un plan turístico que puede disfrutarse en la calle La Coruña, número 18 (Madrid), en horario de martes a viernes, de 10:00 a 15:00 y de 16:00 a 19:00; sábados, de 10:00 a 14:00, cerrado domingos y festivos.
Quienes visiten el Museo Tiflológico podrán sentir el arte como lo hacen las personas ciegas: con el tacto. Además de ver, tocarán las maquetas de varios de los monumentos más importantes de España, en un espacio donde están representadas nueve Comunidades Autónomas.
Desde Madrid, con el Palacio Real, El Monasterio de El Escorial o La Cibeles; pasando por Galicia, representada por la Catedral de Santiago de Compostela y el Tímpano de Palmou, de Lalín (Pontevedra); sin olvidar Andalucía, con maquetas del Patio de los Leones de la Alhambra de Granada y el Mihrab de la Mezquita de Córdoba.
También podrán conocer al tacto importantes monumentos de Castilla y León, como la Catedral de Burgos, San Martín de Frómista (Palencia) o la ciudad de Ávila, con su muralla, catedral, palacios e iglesias más importantes.
Cantabria también está en el Museo, con una maqueta de las pinturas de la cueva de Altamira; y Aragón, con la monumental Basílica del Pilar de Zaragoza (la, de momento, última maqueta en formar parte de la colección).
La Sagrada Familia, en representación de Cataluña, también puede verse y tocarse en este museo; además de la maqueta de la ciudad de Toledo (Castilla-La Mancha), con el lienzo de la muralla, la Puerta Nueva de Bisagra y la Puerta Antigua de Bisagra. Extremadura está representada por la maqueta del Monasterio de Yuste, que presenta el conjunto de edificaciones del monasterio, así como el entorno ajardinado que le rodea, estanque, huerta y árboles frutales.
El mundo en las manos
Quienes visiten el Museo Tiflológico de la ONCE tendrán el mundo en sus manos, con la maqueta del Taj Mahal, realizada en mármol blanco extraído de las minas de Macrana; el Coliseo de Roma; la Torre Eiffel; el Puente de la Torre de Londres; y, cruzando el océano, la Pirámide de Chichén-Itzá (México) y la Puerta del Sol de Tiahuanaco (Bolivia) o la famosísima Estatua de la Libertad, frente a la Gran Manzana de Nueva York.
Y de vuelta a Europa, El Partenón de Atenas y sus relieves; el Monumento a los Descubrimientos (Lisboa); viajamos hasta Alemania para tocar la berlinesa Puerta de Brandeburgo o a Italia con la Torre de Pisa. Y podemos disfrutar de las maquetas de la ciudad de Jerusalén o el Kremlin ruso.
El Tiflológico cuenta, además, con salas en las que se exponen obras de artistas ciegos o con discapacidad visual que demuestran que carecer del sentido de la vista no es un obstáculo para poder esculpir, pintar o fotografiar y acercarse al arte de forma práctica.
El Museo Tiflológico de la ONCE
El Museo Tiflológico es accesible a todos los públicos, donde se emplean, como canales de entrada de la información, el tacto y el oído, junto a la vista. En sus salas se muestran cuatro colecciones: la de maquetas de monumentos arquitectónicos, la de obras de artistas con discapacidad visual grave, la de material tiflológico y la de libros en braille y otros sistemas de escritura anteriores a la creación de la ONCE.
Se inauguró el 14 de diciembre de 1992 y es un espacio concebido para que sus visitantes puedan ver y tocar las piezas, aunque lo que realmente lo hace original y único es el hecho de ser un museo que nace por decisión de sus usuarios y diseñado por estos a la medida de sus necesidades. En él se exhibe el patrimonio cultural de la ONCE y se desarrollan los programas de exposiciones temporales de obras de artistas ciegos y de extensión museística a través de la exposición itinerante de sus fondos.