- Con elegancia, solidaridad, amor e integridad es como el endocrinólogo de la Clínica Mayo Víctor Montori, propone mejorar la atención sanitaria en su libro Why we revolt.
- Los expertos recuerdan que debe evitarse o al menos minimizar el trabajo que delega el sistema sanitario al paciente y a su familia.
- La implicación de los pacientes en la toma de decisiones se está consiguiendo progresivamente.
(Burgos).- El empoderamiento de los pacientes ha ido creciendo a lo largo de los últimos años; no obstante, es un proceso que no está exento de dificultades y, como dicen los expertos, sobre el que “todavía existen reticencias” y que requiere de tiempo. En este camino, hay aspectos que preocupan a los profesionales de salud como por ejemplo los problemas que resultan de la relación médico-paciente, las limitaciones que pueda tener un paciente en cada una de las esferas de su vida (personales, sociales, económicas, etc.) y su papel en la toma de decisiones o su actitud y comportamiento ante la enfermedad.
Durante el XXXIX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que se ha celebrado en Burgos, han sido numerosos los especialistas que han expuesto sus experiencias y compartido conocimientos sobre estas situaciones, al tiempo que han tratado de ofrecer soluciones que, en algunos casos, pasan por, simplemente, reestablecer la solidaridad como base del Sistema nacional de Salud (SNS).
La falta de una relación personal en la que al paciente se le trata con “cuidado, ciencia y gentileza”, delegar en cuidados realizados por equipos en lugar de hacerlos individualmente o el hecho de que los ordenadores de las consultas se conviertan en una distracción del ‘tú a tú’, médico-paciente, son algunos de los problemas que plantea Víctor Montori, endocrinólogo de la Clínica Mayo. “Todo ello no permite que al paciente se le aprecie en detalle y que el médico se sienta satisfecho y recompensado emocionalmente con su trabajo”, ha advertido el especialista, autor del libro Why we revolt.
Un libro en el que, en palabras del presidente de la SEMI, Antonio Zapatero, se plantean a modo de pecados capitales la actual relación médico-paciente, usando términos como crueldad, visión borrosa, codicia y sobrecarga y plantea como soluciones la elegancia, solidaridad, el amor y la integridad. “Ha llegado la hora de la revolución de los pacientes, por lo que los médicos debemos cambiar nuestra actitud y manera de pensar de forma individualizada en cada persona que atendemos. Revolución para recuperar las esencias, fomentar el arte de la conversación y dejar de aplicar guías que, para determinado grupo de pacientes, se ha demostrado que no funcionan”, ha añadido.
Ahora bien, ¿qué opciones proponen los expertos para lograr una mejor atención y, por tanto, mayor satisfacción de los pacientes? Montori ha asegurado que no se trata de un asunto administrativo ni económico, sino “fundamentalmente moral”. “Lo administrativo debe responder a los pacientes primero y luego a los profesionales, no al revés. Y se debe establecer o reestablecer que la base del sistema es la solidaridad y no el lucro, que se debe combatir entre los profesionales, centros de atención, la industria y las tecnologías y otras entidades”, ha indicado.
El paciente informado versus no informado.- Otro aspecto sobre el que inciden los facultativos es que a pesar de las diferencias que existen entre un paciente experto o inexperto, informado o no informado, todos han de ser cuidados y atendidos en igualdad de condiciones.
“Un paciente experto sabrá manejar mejor no solo la interacción entre sus hábitos, su enfermedad y sus tratamientos, sino que también sabrá navegar en el sistema sanitario”, ha afirmado Montori, quien ha puntualizado que, en algunos lugares, “existe la tendencia de exigir que el paciente se entere, es decir; transferir responsabilidad y trabajo del sanitario al paciente y a su familia”.
Al respecto, ha matizado que, en ocasiones, no se contempla que “las limitaciones personales, sociales, económicas y prácticas de los pacientes” son las que influyen en que un paciente entienda o no lo que el médico le transmite en la consulta. Sin embargo, lo que está claro, es que, usualmente, el que tiene más limitaciones es el que “está más enfermo, necesita más cuidados y tiene menores recursos personales para hacerse con el cuidado que necesita; por lo que todos tenemos que poner de nuestra parte porque los pacientes necesitan nuestro apoyo”, ha remarcado el endocrinólogo.
Todo ello incide en la toma de decisiones. De hecho, para Carlos J. Dueñas, presidente ejecutivo del comité científico de la SEMI, todavía “existen muchas reticencias tanto por parte de los gestores como de los profesionales, que dificultan la implicación de los pacientes en la toma de decisiones sobre su enfermedad y la participación del ciudadano. Se va consiguiendo progresivamente que los pacientes formen parte de los órganos de decisión que les afectan, pero nos encontramos con un proceso que aún es lento”.
Si en algo se han mostrado de acuerdo los profesionales sanitarios es que el paciente ha de ser el centro de decisión sobre su enfermedad “cuanto antes”. Para lograrlo, el Dr. Dueñas ha reiterado la importancia de las técnicas de comunicación para que el paciente reciba información completa y comprensible acerca de su proceso asistencial y los riesgos que conlleva.
Entre otras medidas, el experto también ha sugerido que la toma de decisiones sea compartida, se integre a asociaciones de pacientes en todo aquello que implique la toma de decisiones, se potencie el empoderamiento de pacientes y organizaciones, se promueva la participación activa de los pacientes en aspectos relacionados con su seguridad y se reconozca al paciente como un agente activo dentro del SNS con el diseño de políticas sanitarias.
“Todo esto con la intención de poder ofrecer una atención integral y personalizada. Situaciones donde los internistas nos encontramos cómodos, dado que somos expertos en el manejo de estos aspectos”, ha aseverado.
Para concluir, el Dr. Dueñas ha comentado que otras de las condiciones que se deberán abordar con intención de mejora son: iniciativas para proteger la situación de cronicidad, el abordaje del uso de tratamientos de última generación y la implementación de medios para garantizar la sostenibilidad y equidad del sistema sanitario.