La “historia de la mujer empoderada” en palabras de sus directores
Vaiana es una heroína de la Polinesia que quiere salvar a su pueblo con mucha dosis de valentía y feminismo. La película supone una apuesta de Disney por el feminismo y por nuevos modelos de princesas. Además, está inmersa en la cultura polinésica y repleta de valores ecológicos y de respeto a la naturaleza, ya que alerta ante la catástrofe ecológica provocada por el agotamiento de los recursos del mar.
Vaiana, al contrario que sus antecesoras no necesita del beso de un príncipe ni conquistarlos con su belleza, sino que ella solita se sube a un barco, salva un arrecife de coral y encara a un semidiós, mitad testosterona y mitad vanidad, al que exige que la ayude a solucionar la desgracia de su pueblo. Es, en boca de sus directores John Musker y Ron Clements (autores de Aladdin o La sirenita), “la heroína más feminista de Disney” o, como dice Osnat Shurer, la productora, “una protagonista con la que por fin, como mujer, sentirse identificada”.
En Vaiana no hay cabida para damiselas desvalidas y tópicos del amor romántico. De hecho, no hay romances en la película más que el de Vaiana por su pueblo y su cultura, la cultura polinésica, que es uno de los atractivos principales del film ya que su colorido, las costumbres ancestrales y los sonidos (la música ocupa un papel esencial en el metraje, como tradicionalmente acostumbra Disney) son parte del deleite y de los estímulos que embriagan al espectador.
“Es la historia de una mujer empoderada”, dice Musker y Shurer añade: “Ningún príncipe azul va a enseñarte cuál es tu propia voz”.
La evolución de Disney
Disney ha apostado siempre por una fuerte reproducción de roles de género en sus películas, en las que las princesas priorizaban la búsqueda de un príncipe azul a otras cuestiones vitales. El amor, desde un punto de vista cultural romántico, ha sido siempre el leit motiv de las películas de la compañía.
Sin embargo, en estos últimos años, Disney apuesta por una renovación en la filosofía de sus films, en los que se están produciendo pequeños avances en los papeles de la mujer: Brave (2012) o Inside Out (2015) son algunos ejemplos de ello. En el primero, la heroína es poco convencional, no sólo físicamente (lejos de los estereotipos de belleza de mujeres pálidas con el pelo peinado perfectamente) Brave tiene el pelo revuelto, naranja y difícil de dominar, como su carácter.
En Inside Out, por su parte, el eje central del film son los sentimientos, pero desde una perspectiva íntima e interior, por lo que no es “la búsqueda del amor” lo que prima sino más bien, la forma de entender nuestros sentimientos para buscar nuestro “amor propio”.
Ambas películas suponen una ruptura con “la búsqueda del amor” como eje central en ellas. Un antes y un después en la tolerancia de Disney hacia la diversidad y los distintos modos de sentir que esperemos que pronto se extienda hacia todos los colectivos de la sociedad, incluido el amor LGTB.