(Madrid).- “Una educación de calidad debe ser inclusiva, equitativa y ofrecer las mismas oportunidades de aprendizaje a todos los alumnos”, ha explicado Sara Serrano, logopeda y miembro del Comité de Educación del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM), a propósito del Día Internacional de la Educación.
Cada niño tiene formas diferentes de entender, ser, percibir y aprender. Esto nos hace ser únicos e irrepetibles. En esa diversidad se encuentra el recurso educativo más interesante. Por tanto, “hay que ser capaces de aprovechar esta diversidad para crear métodos y propuestas educativas personalizadas”, entiende Sara Serrano.
Para conseguir la inclusión de todos se necesitan profesionales diversos, motivados y formados para identificar, evaluar y diseñar las respuestas educativas que requiere cada estudiante. Y uno de esos profesionales debe ser el logopeda. Tal y como concretan desde el CPLCM, el logopeda debe ser considerado un profesional más del ámbito educativo porque sus funciones son necesarias para construir un proceso académico de calidad que evite el fracaso escolar y favorezca el aprendizaje.
Sara Serrano explica que los lenguajes oral y escrito tienen un gran peso en la educación y formación, y que cualquier tipo de dificultad en este sentido crea una gran desigualdad”. Por ello, la figura del logopeda tiene un importante valor en los colegios. “La escuela debe ser un lugar que garantice el aprendizaje sin desigualdad ni discriminación a todos los niños, incluyendo a aquellos con distintas capacidades”, sostiene la también miembro de la Comisión de Educación del CPLCM, Marian Ibáñez.
Esta logopeda insiste en que, para conseguir este objetivo, hay que dotar a la escuela de los medios personales y técnicos necesarios. Y contemplar la labor del logopeda como inversión para ofrecer una educación para todos y de calidad. “El logopeda es el profesional especializado en el diagnóstico e intervención ante las dificultades comunicativas del niño”, manifiesta Marian Ibáñez.
Beneficios de la logopedia para una educación de calidad
Existe evidencia sobre que las buenas habilidades lingüísticas y comunicativas están en la base de una correcta adquisición de la lectura y la escritura, así como de unas buenas habilidades sociales, lo que se relacionan con éxito académico y social. Por eso, deben fomentarse y, en el caso de aquellos niños que presenten dificultades, diagnosticar cuanto antes la alteración o problemática para intervenir correctamente.
La función del logopeda en la escuela es la “detección de alumnos de riesgo de presentar dificultades en el aprendizaje y comunicativas, apoyo a los maestros en las necesidades de los niños y, por supuesto, la intervención directa en los casos detectados”, sostiene Marian Ibáñez.
Sara Serrano también añade el asesoramiento a los tutores y familias. La logopeda especializada en educación constata que “sería interesante que el logopeda trabajara dentro de los equipos de orientación, y formara parte del proceso de evaluación y orientación. Asimismo, “en el entorno escolar, podría intervenir conjuntamente con los profesores de apoyo y de audición y lenguaje para diseñar materiales y métodos de apoyo y facilitación del aprendizaje. Sin olvidarnos del trabajo con las familias”, concreta.