El programa de Empleo Social Protegido del Ayuntamiento de Pamplona dio trabajo durante el año pasado a un total de 161 personas. Son personas con problemas para acceder al mercado laboral, bien por su escasa formación, por pertenecer a minorías étnicas, por estar en procesos de inserción sociolaboral o por su precaria situación económica, que tienen en este programa una oportunidad para formarse, para trabajar y para mejorar con su trabajo la calidad de vida de la ciudad. Son trabajadores que rebajan bordillos de aceras para mejorar la accesibilidad, limpian los ríos, reparan mobiliario urbano, confeccionan ropa de trabajo y cortinas, encuadernan agendas y realizan otras labores en beneficio de las distintas áreas del Ayuntamiento, los colectivos sin ánimo de lucro con los que colabora el Ayuntamiento, y, en último término, toda la sociedad.
Este es un balance resumido del programa de Empleo Social Protegido, que lleva ya más de tres décadas de andadura y que ha alcanzado un gran volumen de actividad a través de los diez tajos de trabajo de actividad. Así, en el tajo de conserjerías y servicios múltiples se sirvieron 13.184 comidas y 9.225 cenas en el comedor municipal, más de 60 al día; el de corte y confección realizó 445 pantalones; y el tajo de obras, reparó el patio de la escuela infantil de San Jorge, realizó obras de fontanería y electricidad en una decena de viviendas, reparó farolas y colocó aparcabicis en colegios públicos, entre otros trabajos.
En total, este programa cuenta con una financiación que en 2015 alcanzó los 2.246.424,69 euros, de los cuales el Ayuntamiento de Pamplona aporta 1.244.444,64 euros, y el Gobierno de Navarra y el Fondo Social Europeo financian 1.002.080,05 euros.
Diez tajos de formación y empleo
El programa de Empleo Social Protegido combina elementos laborales y formativos con estrategias de mejora de la vida cotidiana. Así, se pretende que las personas contratadas obtengan una formación laboral suficiente y adecuada para que se puedan realizar los trabajos con calidad y en un tiempo razonable, además de lograr así que se adquieran habilidades y destrezas para la consecución de un trabajo tras pasar por el programa. Asimismo, el programa se basa en el acompañamiento, un proceso de tutela orientado a objetivos individualizados tanto en el ámbito laboral como en el personal.
Derivadas desde las unidades de barrio, los equipos de incorporación sociolaboral y los servicios municipales de atención a la mujer, los contratados en 2015 fueron 94 hombres y 67 mujeres. El aprendizaje de las habilidades y técnicas de oficio se realiza con los oficiales y encargados del puesto de trabajo en cada uno de los diez tajos.
Se trata de los tajos de confección, tapicería, soldadura, pintura, río, viveros, obras, encuadernación, limpiezas, conserjerías y servicios múltiples. Como complemento, desde el trabajo social del programa se refuerzan y se ponen en valor variables socio personales básicas para el acceso y el mantenimiento del empleo como son la puntualidad, la permanencia activa en el puesto y los sistemas disponibles de conciliación, entre otras.