Un grupo de trabajo comenzará el 10 de enero el desarrollo del reglamento de la Ley que reconoce las lenguas de signos en el estado español, aprobada en 2007 y que promueve la difusión de las lenguas de signos españolas y catalana. Dolors Montserrat, ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, lo ha anunciado hoy en el pleno del Senado.
«Es cierto que no se ha hecho -el reglamento- y que vamos tarde», ha reconocido la ministra a la senadora de Podemos María Pilar Lima, quien le ha preguntado por esta cuestión argumentando que «un reglamento no puede tardar diez años» en hacerse porque tampoco se ha pedido que «se esculpe en piedra».
El nuevo reglamento «no es sencillo» ya que afecta a muchos ámbitos como el educativo, cultural, laboral, sanitario y otros, según la ministra, que ha añadido que «el colectivo es muy diverso y no existe un patrón comunicativo».
Montserrat ha invitado a la senadora de Podemos (que tiene una discapacidad auditiva) a participar en el grupo de trabajo que se forme.
Lima ha criticado el abandono escolar que sufren algunos alumnos con discapacidad auditiva «por encontrarse con barreras de acceso a la comunicación e información» y que en España la educación bilingüe sea «casi existente».
Demandas en la misma línea
El pasado noviembre, la senadora de podemos, Pilar Lima, pidió una ley para que el Senado retransmitiera su actividad en lengua de signos en todas las ocasiones y no solo en las especiales, como había hecho hasta entonces. Además, demandó que fueran los mismos senadores quienes pudieran implicarse en la comunicación de sus mensajes.
El senado declaró que “estudiaría la viabilidad técnica y económica” de transmitir toda la información en lengua de signos.
Las lenguas de signos en España
El desarrollo legislativo de la legua de signos en España, debido a su estructura es descentralizada y se caracteriza por ser diferente en cada uno de los territorios autonómicos. Cada Comunidad autónoma tiene unos estatutos y un desarrollo normativo diferente, por ello, en el Estado español existe una lengua de signos española y otra catalana.