- El proyecto, impulsado por el Programa de Personas Mayores de la Obra Social ”la Caixa”, en colaboración con la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior, cumple 10 años
- El Centro Penitenciario de Teixeiro fue el primero en acoger esta iniciativa, que quiere mejorar la reinserción sociolaboral de los internos
- Las CiberCaixa Penitenciarias también permiten potenciar el papel activo de las personas mayores en la sociedad y su sentimiento de utilidad
Este proyecto, desarrollado por la Obra Social ”la Caixa” desde hace diez años, ha acercado las nuevas tecnologías a 794 personas privadas de libertad procedentes del Centro Penitenciario de Teixeiro y del Centro de Inserción Social Carmen Avendaño de Vigo, gracias a la participación de 1.034 voluntarios mayores, quienes han prestado su tiempo y sus conocimientos a los reclusos con el objetivo de mejorar su reinserción sociolaboral.
Las CiberCaixa Penitenciarias son aulas que actúan en dos ámbitos distintos, dentro de los centros penitenciarios y atendiendo a los internos de los CIS en centros de mayores. Estas aulas están dotadas de pantalla, proyector y ordenadores para realizar prácticas individuales, y a ellas acuden semanalmente mayores voluntarios, internos de los centros penitenciarios y de los CIS. Se constituye así un espacio único de relación intergeneracional que representa un proyecto pionero en el Estado de preparación para la libertad.
En estas aulas, voluntarios mayores preparados en el tema imparten informática a los internos, en lecciones que se adaptan al nivel de los beneficiarios y que van desde aprender a editar documentos hasta la introducción en el uso de Internet. Además, los mayores también enseñan a los reclusos a redactar un currículum o una carta de motivación para un trabajo, al mismo tiempo que les ayudan a preparar entrevistas y trabajan con ellos la importancia de valores universales como el esfuerzo, el trabajo en equipo o el respeto, entre otros.
Se trata de un proyecto que contribuye a reducir el analfabetismo digital de la población penitenciaria, a la vez que fomenta la participación social de las personas mayores, grandes transmisores de valores, experiencias y conocimientos. Además, el programa contempla también una línea de trabajo para evitar la soledad y el aislamiento de las personas mayores internas en centros penitenciarios, potenciando su actividad y su comunicación, así como ayudándoles a descubrir nuevos intereses que les faciliten la reinserción social.