El coste de los tratamientos del cáncer colorrectal metastásico (CCRm) por cada mes de vida ganado varía ampliamente entre las diferentes líneas de tratamiento disponibles. Esta es una de las conclusiones que se extraen de un estudio liderado por investigadores españoles y presentado en el 21º Congreso ESMO Mundial sobre Cáncer Gastrointestinal[1], que se celebra en Barcelona del 3 al 6 de julio.
Como explica el autor principal del trabajo, el Dr. José Mª Viéitez de Prado, jefe de la Sección de Tumores Digestivos del MD Anderson Cancer Center de Madrid, entre los años 90 y comienzos de los 2000 el desarrollo de opciones terapéuticas para este tumor fue “muy interesante”, ya que habían transcurrido más de 50 años sin la aparición de nuevos fármacos para su abordaje —desde el 5-fluorouracilo (5Fu)—.
“El cambio en la expectativa de vida de los pacientes ha sido muy importante, pero también lo ha sido el incremento del precio de los medicamentos. Si bien el gasto farmacéutico asociado a esta enfermedad ha sido exponencial, actualmente se está restringiendo el gasto en medicamentos con un perfil de coste por mes de vida ganado más favorable”, explica el especialista, subrayando que esta situación “probablemente esté relacionada” con la restricción de gasto que han aplicado las autoridades sanitarias.
En el ensayo[i], se han tenido en cuenta únicamente los tumores en estadio IV —cuando el tumor se ha propagado desde el colon hasta órganos y tejidos distantes—. La metodología seguida para el análisis de los costes de medicamentos para el CCRm por los meses de vida ganados consistió en la selección de 28 ensayos aleatorios en fase II y III en los que se evaluaba la primera (11 trabajos), segunda (9 trabajos) y tercera línea (8 trabajos) de tratamiento para este tumor. Los cálculos se realizaron teniendo en cuenta el coste de los fármacos, los miligramos del mismo administrados a los pacientes, el número de ciclos administrados y los meses de vida ganados, observándose una ganancia de supervivencia positiva “estadísticamente significativa”.
Los resultados muestran que el coste varía mucho —de 2.000 a 30.000 euros por mes de vida ganado— y los tratamientos en 3ª línea tienen menor coste por mes de vida ganado que los que se emplean en primera o segunda línea. En concreto, el cálculo de coste por mes de vida ganado se realizó con el precio de venta de los laboratorios de los medicamentos en nuestro país (PVL).
“Uno de los tratamientos más caros es un antiangiogénico que se puede emplear en segunda línea, en torno a los 30.000 euros, aunque esa cifra puede variar según los acuerdos establecidos entre los centros hospitalarios y la industria (riesgo compartido, pago por resultados, etc.). Los fármacos anti-EGFR, al tener asociado un marcador biológico de falta de respuesta, consiguen un mejor resultado en los pacientes con el gen RAS de tipo nativo y una relación de coste/mes de vida ganado más beneficiosa. En términos generales, el incremento de supervivencia en primera línea es más costoso que en tercera por la duración de los tratamientos”, precisa el Dr. Viéitez de Prado.
Al respecto, para poder contener el precio de los medicamentos, el facultativo sugiere que es necesaria la participación de tres actores: pacientes (sociedad), industria farmacéutica y pagadores (compañías de seguros, sanidad pública, etc.). La clave, según indica, sería que “los pagadores informen de cuál es el nivel de relevancia clínica por el que están dispuestos a sufragar y, que a su vez, los pacientes sean conscientes de las condiciones que han de darse para que un tratamiento sea reembolsable, véase, por ejemplo, al gasto por mes de vida ganado que se está dispuesto a pagar”.
Una idea en la que coincide el Dr. Josep Tabernero, presidente de ESMO y vicepresidente de este congreso, en un comentario independiente. “Los oncólogos médicos cada vez tenemos que mirar más el valor de las acciones que llevamos a cabo, no solo desde el punto de vista de la eficacia, sino también desde el coste que tienen para la sociedad”, explica el también jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona y director del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO). “En ESMO hemos elaborado la Escala de Magnitud de Beneficio Clínico (ESMO Magnitude of Clinical Benefit Scale, ESMO-MCBS), en cáncer de colon y también otros tumores, que nos ha permitido observar que el precio de muchos medicamentos está poco relacionado con el valor terapéutico que ofrecen y más con el tipo de fármacos que son; y esto no tiene sentido”. Por este motivo, el Dr. Tabernero subraya que estudios como éste que se presenta en el congreso de Barcelona “nos ayudan a pensar que a partir de ahora, entre todos los actores que participamos en la toma de decisiones, debemos buscar modelos de financiación basados en el verdadero beneficio que aportan los fármacos a los pacientes con cáncer”.