(Madrid).- La inmunoterapia con células CAR-T es uno de los grandes avances recientes en el tratamiento del cáncer, aunque por ahora solo se ha aprobado su uso para pacientes de determinados tumores hematológicos que no han respondido bien a tratamientos previos. Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y del Hospital 12 de Octubre han participado en dos ensayos internacionales que contribuirán a ampliar las indicaciones de esta terapia, y cuyos resultados se publican ahora en Nature Medicine y en New England Journal of Medicine.
Como explica el hematólogo Joaquín Martínez, director de la Unidad de Investigación Clínica de Tumores Hematológicos H12O-CNIO, que hospitales españoles y centros de investigación colaboren de manera importante en estos ensayos significa ante todo que “nos ponemos a la altura de otros países europeos en el desarrollo de terapias CAR-T”.
Los nuevos ensayos se centran en el tisagenlecleucel, actualmente aprobado para el tratamiento de algunos pacientes en segunda recaída de linfoma B difuso de célula grande y leucemia linfoblástica en recaída infantil de jóvenes.
El ensayo ELARA muestra que esta terapia es “efectiva y segura” también contra el linfoma folicular, según escriben los autores en Nature Medicine.
El ensayo BELINDA se centra en el linfoma de células B difusas. Junto con el ensayo ZUMA-7 −con el fármaco axi-cel contra el mismo linfoma− es el primero de una terapia CAR-T en fase III, es decir, su objetivo es estudiar si el nuevo tratamiento es seguro y funciona bien comparado con el estándar en pacientes de linfoma en primera recaída. Los participantes se asignan al azar a grupos separados, lo que permite un análisis más imparcial de los resultados. Las conclusiones de BELINDA, publicadas en New England Journal of Medicine, en principio no muestran mejoras respecto al tratamiento convencional.
Ambos estudios han sido promovidos por la compañía Novartis Pharmaceuticals Corporation, fabricante del tisagenlecleucel.
Terapias ultrapersonalizadas
La aplicación de inmunoterapia con linfocitos CAR-T -siglas en inglés de Receptores Quiméricos para Antígenos- requiere de experiencia y conocimientos técnicos específicos. Se trata de una terapia personalizada que conlleva un autotrasplante de linfocitos T, uno de los tipos de células que integran el batallón defensivo del sistema inmunitario.
En concreto, los linfocitos T del propio paciente son modificados genéticamente para reforzar su capacidad de luchar contra el tumor. La modificación tiene lugar fuera del cuerpo: los linfocitos se extraen, se manipulan y cultivan en el laboratorio, y por último se infunden al paciente, como si fuera un medicamento ultrapersonalizado.
La modificación genética consigue que los linfocitos T reconozcan un tipo de moléculas presentes en las células cancerígenas, específicas para cada tipo de cáncer; los linfocitos T así modificados se dirigen a las células tumorales y las destruyen. Una quincena de hospitales españoles están ya acreditados para administrar inmunoterapias CAR-T, aprobadas por primera vez en España en 2018.
Buenos resultados CAR-T en linfoma folicular
El linfoma folicular tiene en general buen pronóstico, pero alrededor de un 20% de pacientes recae y no responde bien al tratamiento. El ensayo ELARA reclutó a más de un centenar de pacientes de distintos países para estudiar la eficacia y la seguridad del uso una terapia CAR-T con tisagenlecleucel en pacientes adultos de linfoma folicular que recaen tras haber sido tratados dos o más veces y cuyo pronóstico es malo.
El primer análisis muestra que es “una terapia efectiva” con un buen perfil de seguridad incluso para pacientes de alto riesgo. Los resultados “son prometedores; sus beneficios potenciales a largo plazo deberán ser evaluados con estudios a más largo plazo”, escriben los autores en Nature Medicine.
“El beneficio clínico observado es alto, con toxicidad baja”, señala Martínez.
Necesidad de más evidencia contra el linfoma de células B difusas
La Unidad de Investigación Clínica de Tumores Hematológicos H12O-CNIO participa también en BELINDA, que prueba la misma terapia CAR-T en linfoma B difuso de células grandes.
Para esta enfermedad ya se había aprobado el uso de tisagenlecleucel, pero solo tras un ensayo en fase II sin rama comparadora y para pacientes que recaen tras dos tratamientos previos en tercera línea. BELINDA lo estudia para enfermos en primera recaída, y no halla mejoras respecto al tratamiento estándar.
No obstante, el mencionado ensayo ZUMA-7 con otro CAR-T en la misma indicación, publicado en la misma revista, sí ve resultados positivos. “Estos estudios deberán de continuarse para explorar una posible aprobación por las agencias reguladoras de las terapias CAR-T en linfoma B difuso de células grandes”, concluye Martínez.