(Madrid).- Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Educación, que se celebra este lunes, 24 de enero, la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) quiere concienciar a la sociedad sobre la importancia de que todo el alumnado, niños y jóvenes en sus distintas etapas educativas, tengan las mismas oportunidades de aprendizaje. Una reclamación que pone el foco en la necesidad de una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todo el alumnado cuya enfermedad o tratamiento les impida asistir con regularidad a clase.
“El impacto demoledor de la pandemia ha acentuado aún más si cabe las desigualdades en este ámbito, afectando a los niños más vulnerables”, afirma la presidenta de la POP, Carina Escobar. Por ello, desde la plataforma demandan que “se cumpla el derecho fundamental a la educación con el objetivo de construir un futuro más inclusivo para todos”.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 19% de la población infantil tiene una enfermedad crónica. Para muchos de estos jóvenes, las visitas al hospital son muy frecuentes, obligándoles a pasar temporadas en estos centros, recibir cuidados de salud domiciliarios u otros tratamientos hospitalarios como consecuencia de la enfermedad. Esta situación les impide asistir con regularidad a su institución educativa.
Aunque el actual Sistema Nacional de Salud contempla la presencia de equipos de Atención Educativa Hospitalaria y Domiciliaria, muchas veces estas estancias no son lo suficientemente largas como para tener apoyo en el domicilio o en el propio hospital. “Esto provoca que haya jóvenes que, por ejemplo, no puedan preparar un examen importante en secundaria o que existan niños y niñas que en su etapa escolar tengan más dificultades en la adquisición de conocimientos básicos por no haber podido asistir a clase. Sus familias no encuentran apoyo y esta situación, para muchos, se repetirá a lo largo de toda su formación”, destaca Escobar.
Un caso real
Este es el caso de Jesús, un adolescente sevillano de 18 años con fibrosis quística y pancreatitis crónica. El joven ha luchado por terminar sus estudios de Formación Profesional en Electromecánica con grandes dificultades debido a los controles médicos, tratamientos y la complejidad de su enfermedad. Tal y como apuntan desde su familia, el apoyo de las administraciones ha sido nulo y ha sido gracias a la colaboración del centro de formación por lo que Jesús ha podido seguir adelante y continuar con su asistencia a clase.
En este sentido, la presidenta de la POP afirma que “la educación domiciliaria debe ser esencial siempre que se necesite, y debe estar adaptada a las necesidades de cada alumno con enfermedad crónica. Porque solo así podremos afirmar que en nuestro país se ofrece un servicio educativo de calidad y se evita una brecha educativa terriblemente injusta para quien la padece”.
Como se refleja en el estudio de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes titulado “Situación actual de la coordinación entre sistemas públicos para la detección y atención a la infancia escolarizada con enfermedad crónica y discapacidad asociada”, es fundamental trabajar de manera coordinada y cohesionada entre todos los agentes sanitarios y sociales que forman parte de la vida de los estudiantes con necesidades crónicas de salud. El informe también señala que es necesario implementar planes de formación online a través de la cual los niños y niñas que no puedan asistir a clases como consecuencia de sus problemas de salud tengan la opción de alcanzar los objetivos del curso de forma personaliza.
Por este motivo, desde la POP quieren aprovechar la celebración del Día Internacional de la Educación para visibilizar una situación muy concreta pero que actualmente no cuentan con ningún tipo de protección social y se quedan fuera del sistema educativo.