(Madrid).- Diferentes expertas del ámbito institucional, empresarial y académico han coincidido en “la urgencia” de erradicar la violencia de género en los jóvenes desde un abordaje multidisciplinar, a raíz de la creciente normalización de las conductas agresivas y de control a la pareja en jóvenes de 16 a 24 años que refleja la última macroencuesta del Instituto Nacional de Estadística.
Así, durante el foro ‘Educación y prevención de la violencia de género’, la directora de estudios del Congreso de los Diputados y exdelegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández; la directora de proyectos educativos y sociales de FAD, Eulalia Alemany, la especialista en pedagogía terapéutica, filósofa y escritora Carmen Guaita y la gerente de Responsabilidad Social Corporativa y Proyectos Sociales de Mutua Madrileña, Conchita Navarro, han analizado los principales retos del sistema educativo en materia de género, así como del conjunto de la sociedad.
Para combatir el sexismo, las expertas han incidido en “ir más allá de las aulas”, porque la igualdad “transciende al ámbito educativo y requiere la suma de muchas actuaciones”. “La educación no es la escuela. Las profesoras somos conscientes de lo que representamos frente a nuestros alumnos, sin embargo, la escuela no es omnipotente”, ha expuesto Guaita, quien ha mostrado su preocupación por las últimas encuestas y ha invitado a la reflexión conjunta.
Desde la experiencia empresarial en proyectos de género, Navarro ha considerado clave trabajar a partir de “un enfoque en positivo y colaborativo” la situación actual y abarcar la educación social en valores. Por su parte, Hernández ha introducido que, además de remar en la misma dirección todos los agentes implicados, se debe llevar a cabo una pedagogía pública “para tomar conciencia e incorporarlo a nuestro acervo de valores”. “Esto no es una cosa de mujeres, es de todos”, ha matizado la exdelegada del Gobierno para la Violencia de Género.
Sobre esta cuestión, Alemany ha destacado que uno de los focos más importantes en la lucha contra la violencia de género es la familia que, a su juicio, es donde se empiezan a forjar todos los estereotipos. En este sentido, “el concepto social es lo que cuesta más cambiar” y, en ello, también “la asignatura pendiente es con los hombres”.
“Al final es una cuestión de asunción de roles y de corresponsabilidad. Es muy importante que las entidades privadas y públicas asuman medidas no solo para impulsar la conciliación, sino que lo hombres las usen y no haya ningún problema en que se tomen jornada reducida o comparten bajas en maternidad”, ha comentado la gerente de RSC y proyectos sociales en Mutua Madrileña, quien ha asegurado que desde su empresa se busca que el hombre asuma un rol activo en la labor familiar ampliando la baja de paternidad.
Más allá de los ámbitos de actuación, las expertas se han detenido también en la educación sexual, la falta de referentes y modelos en igualdad, los derechos del menor maduro o la influencia de la industria cultural en el comportamiento de los jóvenes, como aspectos a mejorar del sistema.
DICOTOMÍA DE GÉNERO
Según la directora de estudios del Congreso de los Diputados, las jóvenes denuncian menos las situaciones de violencia, ya sea física, psicológica de control o emocional. Asimismo, se muestra una dicotomía: “tienen más conciencia sobre el feminismo, pero luego están mucho más sexualizadas”. Por tanto, a su juicio, la clave es “investigar y entender por qué está pasando, además de cuantificar los casos, y analizar la industria cultural”.
Desde la FAD, la directora de proyectos educativos y sociales ha expuesto que “los jóvenes no saben diferenciar la violencia y hemos tenido que aprender a preguntar para intentar hacer una radiografía y así poder prevenir”.
No obstante, pese al panorama descrito, las expertas se han mostrado “esperanzadas” porque, cada vez, son más las alianzas desarrolladas entre los distintos sectores para erradicar la violencia de género. En este sentido, han considerado al estado español a la cabeza de iniciativas institucionales respecto a los países europeos.
“Hemos visto en las instituciones que los países nos vienen a copiar, por ejemplo, el Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer o las políticas de coordinación. Solamente España ha hecho la macroencuesta en toda la ONU. Ningún otro país del mundo lo ha hecho. Ni las políticas están desarrolladas en los países europeos, ni el sistema de datos ni la conciencia de la sociedad. España ha sido muy valiente”, ha concluido Hernández.