Los amigos David y Loumkoua partieron el pasado 1 de agosto de viaje en bicicleta desde Ceuta rumbo a Bruselas como parte de su proyecto ‘De la frontera al corazón’ con el objetivo de visibilizar que la acogida y la integración entre personas diferentes culturas es posible. «Nos empeñamos en poner fronteras donde no las hay», ha comentado David en declaraciones a Europa Press.
«Tenemos muchos miedos y prejuicios, ideas preconcebidas con fronteras invisibles que nos impiden mirar a la gente en el corazón», dice David. La pareja de amigos ha recorrido 2.750 kilómetros en bici y ha dado visibilidad a su amistad a través de las redes sociales, Facebook (@delafronteraalcorazon) e Instagram (@ridemybikemadrid). «No tenemos en teoría nada en común pero hay algo que nos une mucho que son nuestros valores y lo que queremos demostrar es que lo que pesa en las relaciones son los valores,» enfatiza David.
A lo largo de su aventura se han encontrado muchas puertas abiertas de gente que iban conociendo a lo largo del camino. «Nos vio un matrimonio con una niña que tenían una caravana y una carpa grande y cenamos con ellos y nos acogieron para dormir dentro de la caravana», relata.
Al llegar a Bruselas, los dos amigos hicieron entrega del manifiesto que tienen en su página web y conversaron con tres eurodiputados y con el presidente de la comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior del Parlamento Europeo, Claude Moraes. «Nos recibieron y son conscientes de que hay políticas de la Unión Europea muy duras y muy restrictivas», relata. «Nosotros pensamos que las cosas cambian a través de lo cotidiano aunque las políticas son muy importantes», añade.
Por otro lado, Loumkoua considera que las políticas de acogida han mejorado pues «ya no crean guettos» como afirma sucedía antes cuando inmigrantes de una misma nacionalidad se instalaban en el mismo barrio. Afirma también que es importante que desde este tipo de instituciones se recomiende a los inmigrantes que estudien.
«Cuando un chico acaba de llegar a España y le dicen que necesita tener un contrato de trabajo, esa persona como va a encontrar un trabajo si no conoce gente», resalta. Sin embargo, en los ámbitos estudiantiles, afirma «se crean más vínculos» entre compañeros. «Cuando yo no entiendo algo, llamo a mis compañeros y así ellos descubren que tú no eres diferente de ellos», añade.
«LO HEMOS HECHO POR UNA CAUSA»
Sobre el recorrido, David admite que la parte más dura de recorrer fue España debido al calor y la presencia de puertos de montaña de más de 40 kilómetros. «Nunca habíamos andado en bici más de 20 kilómetros», cuenta David, quien se preparó para el viaje recorriendo el camino de Santiago andando y tratando de salir con la bici todos los días.
«En ningún momento hemos cogido el autobús, lo hemos hecho todo en bici, estamos impresionados hasta nosotros mismos», destaca David ya que ha realizado una media de más de 100 kilómetros diarios en 28 días. «La verdad es que esto no lo hubiésemos hecho por deporte en la vida, lo hemos hecho por una causa en la que creíamos y sentíamos que mucha gente nos apoyaba y estaba ilusionada», cuenta.
Por su parte, Loumkoua, que padece una cardiopatía, relata que esta circunstancia le ha «molestado un poco» durante el viaje e hizo que se tuviera que parar en más ocasiones que su compañero. «Luego te das cuenta de que es una cosa de mente, cuando la mente está preparada el cuerpo se prepara y la fuerza que tenía el mensaje me empujaba más que todo», añade.
Su último vídeo cuenta con casi 40.000 visitas en Facebook(@delafronteraalcorazon) y los amigos afirman que quieren seguir con la iniciativa, «rompiendo esas barreras invisibles, del prejuicio, el rechazo, los miedos que tiene la gente». «Queremos dar charlas tanto a chavales como a adultos y vamos a preparar algo sobre la experiencia y ayudar a la gente a ver la realidad de otra manera», relata David sobre la continuidad del proyecto.