- El objetivo del proyecto es verificar la viabilidad de una solución con potenciales ventajas ambientales y económicas para los tráficos que se desarrollan actualmente con tracción diésel en España
- Está siendo desarrollado por Renfe, Gas Natural Fenosa y Enagás, en colaboración con Bureau Veritas, con una inversión de 1,4 millones de euros
El primer tren de viajeros del mundo propulsado con gas natural licuado (GNL) recorrerá durante los próximos cuatro meses 15.000 kilómetros de una línea de cercanías de Asturias para probar la eficacia y ventajas de este modelo, más barato y menos contaminante que el basado en el gasoil. El GNL fue suministrado por la regasificadora gallega de Reganosa, ubicada en la ría de Ferrol.
Este proyecto se enmarca en el plan de renovación del material rodante de Renfe, que contempla la incorporación de trenes impulsados por combustibles menos contaminantes como el GNL o el hidrógeno. En la misma línea, Fomento prevé sacar a concurso el desarrollo de una red energética inteligente para Adif.
Los ministros de Fomento, Íñigo de la Serna, y Energía, Álvaro Nadal, asistieron al inicio de las pruebas entre la estación del Vasco de Mieres y la de Figaredo, en la cuenca minera del Caudal, con un tren repleto de autoridades y periodistas que recorrió ese trayecto de unos 5 kilómetros a una velocidad punta de 35 kilómetros por hora. «Esta es la primera experiencia en el mundo de propulsión de un tren de viajeros con gas licuado», destacó De la Serna, quien se comprometió a extender esta experiencia a todas las líneas férreas, sobre todo de cercanías, que no entren en el plan de electrificación.
El ministro reconoció que esta transición del gasoil al GNL«exige de un período largo de pruebas». La previsión es que dentro de dos años cuatro trenes de cercanías en Asturias usen el gas. Este proyecto de descarbonización del sector ferroviario está siendo desarrollado por Renfe, Gas Natural Fenosa y Enagás, , en colaboración con Bureau Veritas, con una inversión de 1,4 millones de euros.
Los estudios para el sector ferroviario prevén que el GNL, en comparación con el diésel, ofrece una reducción de entre el 20% y el 30% en emisiones de dióxido de carbono (CO2), de entre el 70% y el 90% en el caso del óxido de carbono (CO), del 99% en dióxido de azufre (SO2) y del 90% en partículas.
Desde el punto de vista económico, puede contribuir a reducir costes operativos por un mejor escenario de precios general respecto a los combustibles derivados del petróleo, reducir la dependencia energética de esta fuente y ofrecerse como alternativa a la inversión en electrificación de tramos no electrificados.