- El crecimiento del PIB se ralentiza en el último trimestre al 0,7%, lo que supone una desaceleración de una décima
- 2017 cierra como el año en el que después de una década se restablecieron los niveles de PIB previos a la Gran Recesión
- Pese a la intensa recuperación del empleo, todavía queda recuperar 1,7 millones de puestos de trabajo
El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirma que la economía española sigue mostrando una gran fortaleza aunque el 0,7% que repuntó el Producto Interior Bruto (PIB) en los últimos meses del año supone una desaceleración de una décima.
España creció un 3,1% en 2017 y suma ya cuatro años consecutivos de crecimiento, después de la recesión que provocó la crisis económica. Tres de ellos, además, se han saldado con un incremento de más del 3% y en total son ya 17 los trimestres en positivo.
En el cuarto trimestre, Cataluña llevó a cabo el referéndum ilegal y la economía de la comunidad autónoma sufrió un sensible impacto negativo. Sin embargo, esta situación poco afectó a la economía nacional. Otra cosa será, como ya han advertido diferentes instituciones y organismos, lo que ocurra durante este año 2018.
Por ahora, Afi considera que la economía crecerá un 2,8%, Funcas apunta a un 2,6% y el Banco de España prevé un repunte del 2,4%. El Fondo Monetario Internacional (FMI), en cambio, redujo la semana pasada su previsión hasta el 2,4% como consecuencia de la inestabilidad en Cataluña.
Por otra parte, el 2017 se cierra como el año en el que después de una década se restablecieron los niveles de PIB previos a la Gran Recesión. Y lo hace gracias al aumento de la competitividad y las exportaciones. Sin embargo, ese aumento de la productividad ha ocurrido a costa de hacer lo mismo con menos gente. Por eso, pese a la intensa recuperación del empleo, todavía queda recuperar 1,7 millones de puestos de trabajo. Es decir, existe un paro muy elevado y se exporta más producción fuera, de ahí que los niveles de consumo nacional disten mucho de las cotas precrisis. Hasta el punto de que harían falta al menos dos años más de crecimientos robustos para recobrar el consumo de principios de 2008. Una situación de paro y consumo que explica la sensación de descontento en la sociedad española.
Dicho esto, en términos anuales la actividad continúa a unos ritmos superiores a lo que esperaba la gran mayoría de analistas hace no tanto. A principios del año pasado, todos esperaban una cierta desaceleración hasta el entorno del 2,5%. Pero esta no ha ocurrido. La afiliación a la Seguridad Social ha sumado unos 600.000 trabajadores, un crecimiento solo superado en los años 2005 y 2006 debido a la regularización de inmigrantes.
Semejante creación de empleo ha hecho que el consumo aguante, favorecido además por las condiciones financieras y el desendeudamiento de las familias. Al mismo tiempo, se está dando una recuperación generalizada en todo el mundo. El comercio global ha vuelto a crecer con vigor. Y eso ha hecho que las exportaciones españolas retomen fuerza, lo que a su vez ha tirado de nuevo de la inversión y de la industria. Esta última podría haber registrado el mejor trimestre en once años, destacaba la semana pasada en un informe del servicio de estudios de Bankia Estudios.