- El centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, con el impulso de la Fundación Bancaria ”la Caixa”, publica el mayor estudio mundial de neuroimagen en personas sanas portadoras del gen que confiere el riesgo más elevado de sufrir la enfermedad de alzhéimer, el APOE-?4
- El estudio ha permitido identificar diferencias neuroanatómicas significativas proporcionales a la carga genética asociada al riesgo de alzhéimer de los participantes. Estas alteraciones son más evidentes a partir de los 60 años, que es la misma edad en la que se producen otras alteraciones cerebrales vinculadas a la enfermedad
- La investigación representa un paso al frente en la prevención de la enfermedad, ya que permitirá tener en cuenta las alteraciones identificadas en el diseño de ensayos clínicos dirigidos a prevenir el alzhéimer mucho antes de que aparezcan los síntomas clínicos
El centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, con el impulso de la Fundación Bancaria ”la Caixa”, publica el mayor estudio mundial de neuroimagen en personas sanas portadoras del gen que confiere el riesgo más elevado de sufrir la enfermedad de alzhéimer, el APOE-?4
En el estudio, los investigadores del Barcelonaßeta Brain Research Center (BBRC), centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, han detectado alteraciones morfológicas cerebrales en personas cognitivamente sanas portadoras del gen que confiere el mayor riesgo genético de desarrollar la enfermedad de alzhéimer, el APOE-?4. La investigación ha sido posible gracias a las pruebas de resonancia magnética realizadas en el marco del Estudio Alfa, impulsado por la Fundación Bancaria ”la Caixa”, y cuenta con la mayor cohorte del mundo de portadores del gen APOE-?4 que se han sometido a esta prueba de neuroimagen.
«Las diferencias morfológicas que hemos detectado están relacionadas con la enfermedad de alzhéimer, ya que se presentan en áreas cerebrales como el hipocampo, que es la primera en sufrir la neurodegeneración», destaca el Dr. Juan Domingo Gispert, jefe de investigación del BBRC.
Por su parte, Àngel Font ha comentado: «La investigación es la única vía para avanzar en la identificación precoz y la prevención de esta enfermedad, que puede convertirse en una pandemia del siglo XXI. Conscientes de la importancia que supone evitar la aparición de nuevos casos, la Fundación Bancaria ”la Caixa” impulsa los estudios realizados en la Fundación Pasqual Maragall desde el 2010, con el fin de que esta enfermedad no se quede en el olvido».
La investigación ha sido dirigida por el equipo del Dr. José Luis Molinuevo, Director Científico del Programa de Prevención del Alzheimer del BBRC, y el Dr. Juan Domingo Gispert, Jefe del grupo de Investigación en Neuroimagen del BBRC, y ha contado con la colaboración del Dr. Manel Esteller, jefe del Grupo de Epigenética del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), que ha llevado a cabo las determinaciones genéticas; y también con la colaboración del CIBER de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina, y el CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable.
El papel del APOE-?4 como factor de riesgo del alzhéimer
El alzhéimer es una enfermedad de origen multifactorial. Los factores de riesgo para desarrollarla tienen que ver con la edad, la genética, el control de la salud cardiovascular y los hábitos de vida saludables.
En cuanto al papel de la genética, el alzhéimer no es una enfermedad hereditaria en el 99 % de los casos. No obstante, existen genes, como el APOE-?4, que contribuyen a la posibilidad de desarrollar demencia, junto a otros factores de riesgo.
El gen APOE lo tienen todas las personas, y se puede presentar de distintas formas, como resultado de la combinación de los alelos ?2, ?3 y ?4. En este caso, el alelo ?4 es el que confiere el mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de alzhéimer, ya que estudios previos han demostrado que está vinculado a la acumulación de la proteína betaamiloide y el deterioro cognitivo. Por lo tanto, las personas con mayor riesgo son las que presentan las dos copias ?4, y en segundo lugar, las que presentan al menos una copia.
Para analizar el papel del APOE-?4 en la morfología cerebral, los investigadores del BBRC seleccionaron a 533 participantes del Estudio Alfa de entre 45 y 76 años que se habían sometido a una resonancia magnética cerebral en la Fundación Pasqual Maragall. De estos participantes, 261 no eran portadores del alelo ?4, 207 tenían una copia del alelo ?4, y 65 eran portadores de las dos copias. Estas cifras convierten el estudio de neuroimagen en la mayor muestra analizada en el mundo con personas homocigóticas, es decir, con dos copias del alelo ?4 del gen APOE.
Las imágenes cerebrales de las personas homocigóticas ?4 fueron comparadas con las de otros participantes con menor riesgo genético de desarrollar alzhéimer, utilizando una técnica de neuroimagen denominada morfometría basada en vóxel. Esta técnica permitió a los investigadores cuantificar de forma precisa el volumen de sustancia gris en todo el cerebro.
Resultados de la investigación
Tras analizar las imágenes cerebrales de los participantes en el estudio, los investigadores han sido los primeros en descubrir que las alteraciones neuroanatómicas se corresponden con el número de alelos ?4 del gen APOE en personas sanas.
En concreto, han detectado que el número de alelos ?4 del gen APOE determina de forma proporcional un menor volumen de sustancia gris en áreas cerebrales como el hipocampo, donde se inicia la neurodegeneración en el alzhéimer. Por otro lado, también han descubierto un aumento del volumen de la sustancia gris en el tálamo, el lóbulo occipital y el córtex derecho frontal. Este aumento podría estar determinado por mecanismos neuroinflamatorios asociados a la acumulación de placas de la proteína betaamiloide, que se produce en la fase preclínica de la enfermedad.
El Dr. Raffaele Cacciaglia, autor principal del estudio especifica la mayor contribución de este trabajo: «Hemos puesto de manifiesto diferencias en la morfología cerebral de personas sanas, sin síntomas cognitivos de la enfermedad de alzhéimer, que son proporcionales al número de alelos ?4 del gen APOE que presentan, y que aumentan el riesgo genético de desarrollar la enfermedad». Previamente, este tipo de asociación se había hallado en otros marcadores de neuroimagen, como el acúmulo de amiloide o el consumo cerebral de glucosa, pero nunca en la estructura cerebral de personas cognitivamente sanas.
Asimismo, la investigación también ha permitido revelar que las alteraciones en el volumen de la sustancia gris cerebral en las personas con mayor riesgo genético de sufrir alzhéimer empiezan a desarrollarse a partir de los 60 años, una edad que coincide con el inicio de la acumulación de la proteína betaamiloide en el cerebro.
La enfermedad de alzhéimer
A día de hoy, el alzhéimer todavía es una enfermedad neurodegenerativa sin cura, caracterizada por una larga fase preclínica asintomática que empieza hasta veinte años antes de la manifestación de las primeras pérdidas de memoria.
Se calcula que en España afecta a 800.000 personas, y que en todo el mundo más de 46 millones padecen demencia, en la mayor parte de los casos causada por el alzhéimer. Con la esperanza de vida en aumento, la Organización Mundial de la Salud alerta que esta cifra podría llegar a triplicarse en 2050, alcanzando niveles de epidemia.