Muestra que reúne las últimas creaciones del sevillano Fausto Velázquez con la creadora mexicana Frida Kahlo como punto central de interés, mostrándonos su maestría como retratista y dibujante a través de multitud de retratos elaborados con diversas técnicas, con el rostro de la icónica pintora del pasado siglo XX como protagonista.
Fausto Velázquez: Maestro del retrato, íntimo y eficaz, basa buena parte de su obra en la fidelidad y rotunda corrección de un dibujo nítido, de claros perfiles y poderosa robustez. Un dibujo que, en esta ocasión, haciendo uso de su enorme capacidad para captar matices psicológicos en el rostro humano y sirviéndose de la sensualidad del color, dedica a plasmar a la genial creadora mexicana Frida Kahlo en múltiples visiones, diversas técnicas y distintas etapas vitales.
Unicaja, a través de su Fundación, reitera una vez más su decidido interés por la difusión cultural y de expresiones artísticas de calidad, acercando la cultura y las artes al gran público, mirando muy de cerca y apoyando la creación andaluza.
Ya sólo queda disfrutar, antes de que salgan, por tierra y mar, rumbo a Cádiz, Almería, Antequera, Gran Canaria, México DF, Nueva York o Tokio, las creaciones de Fausto Velázquez; retratos, protagonizados por la figura de Frida Kahlo, que nos brindan la oportunidad de acercarnos al mundo creativo de este incansable creador sevillano.
Un retrato de Frida Kahlo efectuado en 1939 por el fotógrafo Nicholas Muray, que fue amante de la pintora mexicana, fue el determinante para ella.
Fausto Velázquez se embarcara en este proyecto pictórico. Para el artista sevillano, “Frida Kahlo no era guapa pero tenía un gran atractivo; era hija de alemán y mexicana descendiente de española… Me interesa sobre todo como personaje, por lo que significó para la liberación de la mujer; fue una mujer libre, tuvo amantes de ambos sexos y, aunque amó a su marido (el pintor mexicano Diego Rivera) nunca fue una esclava de ese amor”.
En uno de los retratos, Velázquez ha plasmado a Kahlo ataviada con un mantón de Manila diseñado por los sevillanos Vittorio y Lucchino, amigos y vecinos del pintor. Para hacer esta obra, Velázquez fotografió a una amiga vistiendo el mantón, de modo que copió simultáneamente del retrato de Nicholas Muray -el rostro de Frida- y de la foto de su amiga -la caída del mantón sobre los hombros-.
Fausto Velázquez
Es uno de los más singulares y relevantes autores del panorama plástico andaluz. Sevillano de La Algaba, ha demostrado, a lo largo de más de treinta años vinculado al mundo de las artes, la docencia y la gestión cultural, su total devoción por el insondable y caleidoscópico universo de la creación. Formado en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, inició su andadura en el ámbito teatral como director del Teatro Algabeño, a la vez que daba forma a sus primeros grabados en compañía de amigos como Francisco Cortijo, Félix de Cárdenas o Paco Reina. De forma casi paralela inicia su faceta docente como profesor de dibujo en varios centros andaluces.
En 1976, se inició en la edición de Obra Gráfica y fundó el taller de grabado que, al tiempo, dio origen a la Galería de Arte Fausto Velázquez, cuya actividad perduró hasta mediados de los años 90. Tras su cierre, Fausto regresó a la pintura, a la que nunca abandonó. Maestro del retrato, íntimo y eficaz, basa buena parte de su obra en la fidelidad y rotunda corrección de un dibujo nítido, de claros perfiles y poderosa robustez. Un dibujo que, en esta ocasión, haciendo uso de su enorme capacidad para captar matices psicológicos en el rostro humano y sirviéndose de la sensualidad del color, dedica a plasmar a la genial creadora mexicana Frida Kahlo en múltiples visiones, diversas técnicas y distintas etapas vitales.
