- La equiparación de los permisos de paternidad y maternidad ayudaría a romper la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral
- La propuesta de la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPIINA), es equiparar totalmente los permisos y convertirlos en un derecho individual, no transferible
- En las últimas elecciones todos los partidos políticos excepto el PP incluyeron en sus programas el aumento de la baja de paternidad, aunque con matices
Cuando los padres cogen más tiempo de baja por paternidad, tienden a repartir las tareas domésticas y de cuidado infantil de forma más equitativa, ayudando de este modo a romper la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral.
En este sentido, cada vez son más los que defienden que una medida que ayudaría a cambiar las cosas es la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad.
El informe « Spanish Gender Gap«, de Fedea, muestra que el llamado techo de cristal está extendido. Sucede en las instituciones y el sector privado, en los puestos de trabajo con responsabilidades, en la carrera judicial y en la universitaria, en la política y en las empresas. Por ejemplo, aunque las mujeres son mayoría en la carrera judicial, su presencia disminuye en los órganos superiores. Lo mismo sucede en las universidades y los ayuntamientos.
Esta situación se relaciona directamente con lo que sucede dentro de los hogares. Diariamente las mujeres dedican 2,5 horas más que los hombres a tareas domésticas y de cuidado, 1,4 horas menos al trabajo remunerado y una hora menos al ocio. Desde poner la lavadora a preparar la comida, cuidar a los niños o a los dependientes y limpiar la casa, las estadísticas que miden los usos de los tiempos muestran que las mujeres siguen siendo responsables principales de estas tareas.
Por lo tanto se debe apostar por medidas que consigan romper ese desequilibrio con un sistema de permisos de días «exclusivos» para cada uno de ellos e incentivos económicos para promover un uso equitativo. Por ejemplo, que cuantos más días de baja coja el padre más días tenga la madre o que su prestación sea más alta.
Promover un uso equilibrado de los permisos entre mujeres y hombres, dicen, «ayuda a reducir el estereotipo que asocia la llegada y el cuidado de un niño con interrupciones de la carrera laboral más largas en las mujeres». Estas políticas, sin embargo, necesitan incentivos económicos o, dicho de otra forma, si los permisos no están pagados, el desequilibrio continuará.
El Congreso avala la equiparación
La cámara baja instaba así al Gobierno a implantar un sistema de permisos iguales e intransferibles para los dos miembros de la pareja, pagados al 100% y con igual protección del puesto de trabajo.
La propuesta de la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPIINA), es equiparar totalmente los permisos y convertirlos en un derecho individual, no transferible. En la medida en que unas semanas son transferibles, aseguran, seguirán siendo las madres las que las cojan. «La sociedad ha cambiado mucho en la última década, ahora la ciudadanía ya percibe esta diferencia en los permisos como una discriminación y ha comprendido que redunda en una situación injusta para las mujeres en el mercado de trabajo», explica María Pazos, una de las impulsoras de la plataforma.
En las últimas elecciones todos los partidos políticos excepto el PP incluyeron en sus programas el aumento de la baja de paternidad, aunque con matices.