La inmunoterapia está impulsando los avances en el tratamiento de muchos cánceres, entre ellos la leucemia linfoblástica aguda de células B. Hoy en día, los casos de este cáncer de la sangre que no responden a la quimioterapia convencional ya se tratan con inmunoterapias, pero estas no funcionan en todos los pacientes.
Un estudio propone ahora una nueva inmunoterapia, que en modelos animales ha obtenido buenos resultados. Se llama CAR-STAb y entre sus ventajas está el reclutar a más células defensivas del cuerpo para combatir a las células tumorales.
Ha sido desarrollada por Luis Álvarez-Vallina, jefe de la Unidad de Investigación Clínica en Inmunoterapia del Cáncer Hospital Universitario 12 de Octubre-Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO); Clara Bueno y Pablo Menéndez, del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras. Se publica en Journal for Immunotherapy of Cancer.
El siguiente paso en la investigación es un ensayo clínico, cuya autorización solicitarán en 2026.
Biespecíficos y CAR-T, en uno
Las células B o linfocitos B forman parte del sistema inmunitario y su función principal es detectar y combatir amenazas para el organismo. Pero cuando dejan de funcionar adecuadamente también son el origen de enfermedades, como la leucemia linfoblástica aguda de células B (LLA-B), un tipo de cáncer de la sangre muy agresivo. Es el más frecuente en la infancia -constituye el 35% de los tumores pediátricos-, pero afecta a personas de cualquier edad.
Actualmente, la primera opción de tratamiento para la LLA-B es la quimioterapia, basada en administrar tóxicos que eliminan células tumorales. Cuando la quimioterapia no funciona se emplea la inmunoterapia, que pasa por activar contra el tumor a las propias defensas del organismo. En concreto, se administran anticuerpos biespecíficos, que ponen en contacto a las células defensivas linfocitos T con las células tumorales. Otra opción es la inmunoterapia con células CAR-T, basada en extraer linfocitos T del paciente y modificarlos en el laboratorio para que, una vez reinyectados, puedan reconocer las células tumorales y atacarlas.
Ambas opciones, los anticuerpos biespecíficos y las CAR-T, han mejorado el tratamiento de los casos resistentes de leucemia linfoblástica aguda de células B. Pero algunos pacientes siguen sin responder, y más de la mitad de los que sí responden sufre recaídas.
El nuevo trabajo publicado ahora en Journal for Immunotherapy of Cancer presenta una tercera vía que combina las anteriores: una terapia CAR-T que produce un anticuerpo biespecífico.
Células tumorales que no escapan al sistema inmunitario
Las ventajas son varias. Los linfocitos CAR-STAb reconocen a las células tumorales por dos vías distintas, evitando que escapen. A ello se añade una característica positiva de los anticuerpos biespecíficos: su capacidad para reclutar a otros linfocitos T sin modificar presentes en el entorno tumoral, y aumentar así el número de células defensivas implicadas en el combate contra el cáncer.
“Es la primera vez que se demuestra el potencial de esta estrategia en neoplasias de células B”, explica Álvarez Vallina, que destaca que “este trabajo abre un camino esperanzador para ofrecer terapias más efectivas en pacientes con leucemia, especialmente aquellos que son refractarios o escapan al control de las terapias actualmente disponibles”.
Javier Arroyo, investigador del grupo de Álvarez Vallina en el Hospital Universitario 12 de Octubre, es primer coautor del trabajo junto con Aida Falgás, del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras.
Arroyo destaca que “el hecho de utilizar diferentes mecanismos y distintas dianas ayuda a que, si se la célula tumoral intenta escapar a la inmunoterapia por un lado, puedas someterla por otro lado. Así a la célula le resulta más complicado poder escapar al control del sistema inmunitario”.